SPOILERS A LA VISTA
Si, señoras y señores. Después de tanto tiempo estrenada, yo por fín la he podido ver. ¿El porqué no he ido hasta ahora? Bueh, detalles sin importancia. Pero ahora toca hablar de esta película. ¿Por qué? Pues porque lo vale.
Desde pequeños, todos nosotros sabemos que cuando crecemos, nuestros juguetes pues... ya no son como antes. Nos preocupamos más de los videojuegos, del sexo opuesto, de los estudios, del trabajo... y no siempre por ese orden. Sin embargo... ¿Qué pasa cuando nuestros juguetes saben que van a ser vendidos? O pero... Tirados a la basura. Pues más o menos de esto trata esta película.
Teniendo en cuenta la fuerza con la que entró la primera entrega de esta trilogía, Toy Story se convirtió en una película para niños pero, que en cierto modo, también es para adultos. ¿Quién no ha soñado que sus juguetes cobraran vida? Sin embargo, han sido necesarios casi quince años para ver toda esta gran saga, desde que el vaquero Woody se enfrentó a un Buzz Lightyear recién sacado de su embalaje, hasta el momento en el que Andy se ha ido a la Universidad. Y he de decir que esta última entrega ha sido, con diferencia, la más emotiva.
En la primera parte Woody le enseña a Buzz que realmente es un juguete. En la segunda entrega, es Buzz quien le muestra a Woody que tiene un niño que le espera.
Sin embargo, en esta tercera entrega, es el propio Andy el que se despide de ellos, dándoselos a una niña y jugando, por última vez, con ellos.
La película empieza con una escena realmente interesante donde se ven muchos de los juguetes. Sin embargo, poco a poco va pasando hasta que se ve que los únicos juguetes que quedan son ellos. Y están tristes porque Andy, con diecisiete años, pues no juega con ellos. Andy se marcha a la Universidad y los juguetes que no vaya a llevarse, los debe dejar en el desván. El problema viene cuando la madre de Andy confunde la bolsa donde van los juguetes con una bolsa de basura. Por vicisitudes de la vida, acaban en una guardería.
Sin embargo, el mejor momentazo de toda la película es cuando a Buzz lo resetean en modo "flamenco" en España, y en modo "Español" en América.
No voy a decir toooooda la película. Sin embargo, si mis impresiones.
Ha valido la pena esperar ONCE JODIDOS AÑOS para ver esta película. Porque, aunque no aporta nada en gráficos y demás cosas, la historia sigue haciendo que todos estemos pendientes hasta el final. En lo personal, yo casi lloro (Si, yo también lloro a veces. ¿Qué pasa? Emoción pura y dura xD) en la escena final, porque... ¿A quién no le ha dolido desprenderse de los juguetes que ha tenido desde que era un niño? A mi, realmente, me dolió mucho. Pero en fin, ahora se que esos juguetes, si siguen de una pieza, están con otro crío.
Y como siempre te da a entender la película: Siempre hay un amigo en tu juguete. Tengas 5, 10, 17 o 23 años. Aunque no juegues con él, aunque lo único que hagas es tenerlo en una repisa... Aunque lo único que hagas es mirarlo, porque has perdido el instinto de jugar, sigues teniéndolo por el gran aprecio que tienes por ese juguete.
Porque hay un amigo en él. Siempre.
Nulla è reale, tutto è lecito.
Gato LowPoly
Hace 4 años